Segunda parte…
En la primera parte de
este artículo se hizo una definición sobre el concepto de autoestima y lo que
se podría entender por sus niveles. En este artículo se brindarán algunos tips
para desarrollarla o aumentarla. Sin embargo antes de dar este paso, es necesario
comprender otro concepto muy relacionado con el de autoestima y es el Auto Concepto.
Para definirlo
brevemente el Auto Concepto son todas
aquellas características y cualidades que pensamos nos definen en distintas
situaciones, esto es, el cómo somos en x
o y contexto desde nuestra
propia perspectiva. Si el auto concepto es aquello que nos define, la
autoestima es la valoración o el afecto positivo o negativo que tenemos de éste.
Ser tímido o atrevido,
egoísta o generoso, temeroso o valiente, ambicioso o moderado, torpe o
inteligente, feo o bonito, todos estos aspectos hacen parte de la lista de
cualidades que adoptamos para armar una imagen de nosotros mismos. Una imagen que
a partir de las exigencias del entorno tendemos a estructurar y creerla de una
manera tan vehemente que termina convirtiéndose en nuestra propia cárcel, impidiéndonos
el movimiento natural hacia otras características o cualidades que también hacen
parte de nuestra personalidad.
Lo más importante que
debes saber sobre el auto concepto es
que no es algo estático, sino
dinámico. Con lo cual, esa “imagen” que tenemos de nosotros mismos puede
cambiar desde el momento en que así lo elijas. Para esto solo se necesitan dos
ingredientes fundamentales: consciencia y acción. Es importante tener presente
este conocimiento y meditar sobre él, pues una vez lo comprendes puedes empezar
a flexibilizar tu auto concepto y
hacer uso de cualquier cualidad en cualquier situación que la requieras.
Teniendo claro lo
anterior es momento de llevar a cabo los siguientes ejercicios que pueden ayudar a desarrollar y/o aumentar la autoestima.
1. Anota en un papel o tablero personal aquellos aspectos que deseas cambiar
o convertir en positivos y anota al lado su opuesto, es decir, como quieres ser.
2. Especifica lo que para ti significa
cada una de estas cualidades.
3. Define puntualmente las acciones que
hacen parte de cada aspecto (piensa en lo que has observado de ti mismo. Si
tienes dificultades para el aspecto “positivo” piensa en alguien a quien le
hayas visto esa cualidad: qué es lo que hace).
4. Cada mañana proponte llevar a cabo
una de las acciones que representan para ti ese aspecto positivo y date cuenta
de cómo te sientes. Comienza por la acción que te parezca menos amenazante. Repítela
conscientemente cada que tengas oportunidad. Con el tiempo pasará a convertirse
en algo natural.
5. Continúa así acción por acción.
6. Si tienes hijas o hijos te recomiendo este juego: “los tres tesoros”.
Cada noche antes de dormir pregúntale cuáles fueron los tres tesoros de su día
(tres aspectos que para él o ella hayan sido positivos o los haya hecho sentir
felices). Aprovecha este espacio y compártele también los tuyos.