Grupo Awen: Desarrollo Personal y Profesional

Grupo Awen: Desarrollo Personal y Profesional

22 feb 2015

Autoestima: Cómo desarrollarla.


Segunda parte…

En la primera parte de este artículo se hizo una definición sobre el concepto de autoestima y lo que se podría entender por sus niveles. En este artículo se brindarán algunos tips para desarrollarla o aumentarla. Sin embargo antes de dar este paso, es necesario comprender otro concepto muy relacionado con el de autoestima y es el Auto Concepto.

Para definirlo brevemente el Auto Concepto son todas aquellas características y cualidades que pensamos nos definen en distintas situaciones, esto es, el cómo somos en x o y contexto desde nuestra propia perspectiva. Si el auto concepto es aquello que nos define, la autoestima es la valoración o el afecto positivo o negativo que tenemos de éste.

Ser tímido o atrevido, egoísta o generoso, temeroso o valiente, ambicioso o moderado, torpe o inteligente, feo o bonito, todos estos aspectos hacen parte de la lista de cualidades que adoptamos para armar una imagen de nosotros mismos. Una imagen que a partir de las exigencias del entorno tendemos a estructurar y creerla de una manera tan vehemente que termina convirtiéndose en nuestra propia cárcel, impidiéndonos el movimiento natural hacia otras características o cualidades que también hacen parte de nuestra personalidad.

Lo más importante que debes saber sobre el auto concepto es que no es algo estático, sino dinámico. Con lo cual, esa “imagen” que tenemos de nosotros mismos puede cambiar desde el momento en que así lo elijas. Para esto solo se necesitan dos ingredientes fundamentales: consciencia y acción. Es importante tener presente este conocimiento y meditar sobre él, pues una vez lo comprendes puedes empezar a flexibilizar tu auto concepto y hacer uso de cualquier cualidad en cualquier situación que la requieras.
 
Teniendo claro lo anterior es momento de llevar a cabo los siguientes ejercicios que  pueden ayudar a desarrollar y/o aumentar la autoestima.

 1. Anota en un papel o tablero personal aquellos aspectos que deseas cambiar o convertir en positivos y anota al lado su opuesto, es decir, como quieres ser.

2. Especifica lo que para ti significa cada una de estas cualidades.

3. Define puntualmente las acciones que hacen parte de cada aspecto (piensa en lo que has observado de ti mismo. Si tienes dificultades para el aspecto “positivo” piensa en alguien a quien le hayas visto esa cualidad: qué es lo que hace).

4. Cada mañana proponte llevar a cabo una de las acciones que representan para ti ese aspecto positivo y date cuenta de cómo te sientes. Comienza por la acción que te parezca menos amenazante. Repítela conscientemente cada que tengas oportunidad. Con el tiempo pasará a convertirse en algo natural.

5.      Continúa así acción por acción. 

6. Si tienes hijas o hijos te recomiendo este juego: “los tres tesoros”. Cada noche antes de dormir pregúntale cuáles fueron los tres tesoros de su día (tres aspectos que para él o ella hayan sido positivos o los haya hecho sentir felices). Aprovecha este espacio y compártele también los tuyos.  





Beatriz Eugenia Suárez Vásquez
Directora de Procesos de Desarrollo Personal
Grupo Awen S.A.S.

4 feb 2015

“No empujes el río”... Rupturas emocionales.

En las relaciones humanas uno de los momentos más difíciles que afrontan las personas son las rupturas emocionales debido al inmenso dolor que acompaña esta experiencia. El término que usamos es ruptura dado que su significado se refiere a la acción de romper, separar las partes de un todo con violencia, hacer pedazos una cosa. Es decir, estamos hablando de aquellas separaciones que al ser inmediatas, inesperadas, forzadas por alguna de las partes, dejan en el otro una herida y un gran dolor.

Esta es una experiencia que las personas desean no haber vivido, borrar los hechos o devolver el tiempo. La situación trae una profunda carga de dolor, sufrimiento, rabia, llanto o miedo. Salir del infierno en el que se siente haber caído es una urgencia, una situación de vital resolución para la persona que lo atraviesa.

Lo primero que pasa por la cabeza es cómo evitar la ruptura. En algunas personas pueden atravesar, aunque sea por un instante, ideas como: “hay un error y aún no ha muerto” o “de pronto quede un poquito de amor” o “quizás en un rato regrese”. Pero luego se dan cuenta que no es así y continúa el proceso de afrontar un duelo.

El dolor que se experimenta ante una ruptura o una pérdida es real; es sentir un dolor físico que capta el cerebro; realmente es un dolor que va más allá de una ilusión, la persona lo siente en su cuerpo como ardor, presión en el pecho, aplastamiento y ahogo. Los pensamientos giran en torno a la derrota, impotencia, incredulidad, necesidad y soledad.

Afrontar el duelo. Etimológicamente la palabra: “dwel” significa batalla, proceso entre dos: una parte que acepta la realidad y otra parte que quiere retener y no acepta soltar. Ante la ruptura es necesario soltar para no quedarse detenido, estancado, muerto, viviendo en un tiempo pasado sin conciencia del presente y sin meta en el futuro.

La palabra soltar es una acción que debe ser conjugada en primera persona, en tiempo presente: “suelto”. Porque solamente la persona que está atravesando la ruptura puede hacerse cargo de su bienestar. Es una decisión individual, la prueba de su condición existencial, aquella que Sartre en 1.946 presenta al decir en su escrito “El existencialismo es un Humanismo”,  lo importante no es lo que han hecho de mí, sino lo que yo hago con lo que han hecho de mi”. 

Una de las primeras cosas para hacerse cargo de soltar son los mensajes aprendidos, como pensar que las personas, situaciones o experiencias son eternas, lo cual es un engaño para evitar la angustia de la soledad y la finitud que pone a todos a vivir en la realidad. Mensajes que llevan creencias culturales y des-centran a las personas de las situaciones humanas y su facticidad. La verdad es que si las personas recibieran una educación para reconocer que la vida es cambiante, impredecible, incontrolable y finita; afrontarían de mejor forma la ruptura, siguiendo el proceso que esta lleva y sin luchas estériles. Esto es desde la filosofía zen “no empujar el rio porque él fluye solo”.

El siguiente aspecto para hacerse cargo es el de vivir, que es distinto a sobrevivir. Vivir entendido como existir, habitar la vida, es estar presente en mente, cuerpo, alma y emoción, con lo que aquí y ahora está aconteciendo. Es la decisión de cómo estar plenamente en lo que está pasando para no perderse la posibilidad de un nuevo amor, del hijo o el padre que aun están vivos, del disfrute de aquello que sigue ahí.

“si de noche lloras por no ver el sol, las lagrimas te impedirán ver las estrellas” Tagore.


Este artículo hace parte del taller Rupturas Emocionales: “No empujes el río”, al cual queremos invitarte este 21 y 22 de marzo de 2015. Un taller diseñado para comprender y trabajar el duelo. Para más información envíanos tus datos e inquietudes a través del link “Contacto” o escríbenos al correo  awensas@gmail.com. Te esperamos.



Mónica Lozada Páez
Directora general
Grupo Awen S.A.S.